Se va Antonio Tabucchi y con él una poética que lo lleva de Italia,-su Toscana de orígen ,al amor por Portugal, Lisboa y los últimos versos de Pessoa, porque Tabucchi sostiene con su literatura a tamaño poeta ,y es ese viajero-escritor, explorador de los mundos más bellos que el portugués lo llevó a descubrir.
Su inolvidable "Sostiene Pereira" invita a cualquier lector a identificarse con una Lisboa de los años 30 y, sin embargo, tan cercana a nuestras realidades latinoamericanas, la lucha por la libertad, el combate por garantizar los derechos de todos y de los más débiles en primer lugar ,se juegan como ejes en su narrativa escrita y visual, magistralmente interpretada por ese otro maestro que fue Marcelo Mastroiani.
Y es que Tabucchi era eso :un ciudadano comprometido con su tiempo,con la libertad,contra toda manifestación fascista y de intolerancia,así lo demostró con su ética de periodista viajero narrador sin pelos en la lengua,desde sus columnas combatió al escandaloso Silvio Berlusconi y esto le valió no poder regresar a su Italia amada.
En cambio Antonio Tabucchi adopta esa otra patria que para él fue su Lisboa soñada como soñó las biografías de los más grandes,como soñó el paraíso poético que lo llevó a traducir a Pessoa,un poeta de una calidad superior por la belleza de su pluma y los temas de su obra.
Es que el escritor fue su personaje por eso Tabucchi sostiene a Pereira y confirma una ética militante que lo llevará a escribir fragmentos memorables que conviene no dejar pasar como una literatura fugaz; acerco sus palabras:
“Sostiene Pereira”
Sostiene Pereira que el periodista siempre debe denunciar las injusticias, aunque tan sólo se ocupe de una sección de literatura. Sostiene Pereira que el periodista siempre debe decir lo que ocurre a su alrededor y que él debe ser el que primero que se atreva a exponer sin temor lo que pasa en el mundo, aunque de lo que pase nadie se atreva a hablar.
Sostiene Pereira que su historia, narrada por la excelente pluma de Antonio Tabucchi, no es un texto histórico, pero que a través de un comentario aquí y una insinuación allá, nos aproxima a lo que ocurría en Portugal, y en Europa, en los años 30 del siglo pasado.
Sostiene Pereira que tampoco es un libro político, aunque el trasfondo político que contiene es demasiado alto como para hacerle caso. [1]
Pereira sostiene que su relato es sólo la historia de un viejo periodista viudo a cargo de la página cultural de un diario cualquiera. Todo su mundo se condensa en su solitaria redacción, su casa y el restaurante donde come, un día sí y otro también, una tortilla de finas hierbas y donde bebe limonadas. Curiosamente, y pese a su profesión, es en el restaurante, a través del camarero, donde se entera de lo que ocurre fuera de su mundo. [2]
Pero, sostiene Pereira, su vida da un giro inesperado cuando otro periodista, joven y con más ganas de vivir, irrumpe en su vida. Monteiro Rossi, que así se llama este joven impulsivo, hace que la historia que nos narra Pereira comience a correr y despierta, sostiene Pereira aunque sin confesarlo claramente, al verdadero Pereira que siempre quiso ser. Sostiene Pereira que su historia es, en cierta forma, la de un converso."
"Pereira sostiene que en el fondo, quiere realizar un llamamiento
a las conciencias dormidas de muchos periodistas, y a liberarles
del miedo al compromiso que atenaza a tantos profesionales.
Sostiene Pereira que se puede luchar entre líneas y que se puede luchar
abiertamente,asumiendo todas las consecuencias, pero que es imposible que
alguien como él, con sentido de la dignidad y de la justicia, pueda convivir mucho tiempo
con la injusticia y con la agresión a los débiles."
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