"...yo, que me imaginaba el paraíso,
bajo la forma de una biblioteca"...
Jorge Luis Borges
Dicen que ya en 1810 Mariano Moreno , fue nombrado protector de la primera Biblioteca Pública, y tal vez a él debemos hoy el título de bibliotecario , quienes ejercemos este oficio.
En mi caso personal es raro, no termino de apropiarme de la fecha ni de sentirme parte verdadera de la efemérides , siento que mi rol de bibliotecaria es un oficio prestado, que otros, como Moreno , y tantos que vinieron después,- crearon para que un día yo usurpara casi ; ese título de bibliotecaria.
Ser bibliotecaria es una convicción, en mi caso una elección :- decidir un día salir del aula, para ocupar este espacio, donde viven los libros, entre toda clase de materiales escritos : mapas, láminas, colecciones, videos, revistas, fascículos, documentos curriculares, entre otros muchos ejemplares.
Y a lo largo de estos años he tenido la alegría de armar y desarmar bibliotecas, unas porque no existían, otras porque se mudaban.
Armar una biblioteca es una alegría que te motiva tanto, como lo fue este año armar nuestra nueva biblioteca en la nueva Falcone.
Cada día ir abriendo las cajas y pensando los sitios donde iría cada libro, con sus temas y disciplinas, fueron días de esperanza, días donde imaginaba lecturas seleccionadas , coherentemente acomodadas y visibles a las manos del lector que las tomara , mientras realizara su paseo sobre los anaqueles, cuestión que sólo se necesitara el gesto para ubicar el lugar de ese libro, e ir directamente a su encuentro, casi en silencio como prefieren muchos lectores ; que a veces reclaman ,- sin palabras- ; no ser intrusados en sus elecciones.
Los lectores son seres libres, disconformes, siempre van por más, detrás de un título, de un autor, de una historia que un día alguien les contó, nada les alcanza a los lectores, como dice Graciela Montes, son esos seres molestos que buscan y buscan, curiosos preguntan, se aventuran, viajan en busca de ese libro vital para sus vidas.
Porque la riqueza de una biblioteca está en sus lectores, más que en su patrimonio o fondo bibliográfico ; -todo eso es letra muerta sin lectores que hagan vivir entre sus manos tantos relatos y tanta ciencia , a partir de sus lecturas, sus miradas, sus modos de leer las palabras que otros han escrito como un legado para quienes hoy disfrutamos de esos libros.
Las más bellas palabras escritas por los artistas de todos los tiempos, ahí, al alcance para dialogar con cada lector, para que cada quien encuentre sus propias palabras en las creaciones de tantos escritores de la literatura universal y local.
El vínculo entre libro y lector es único singular y misterioso, eso muy bien lo sabemos los docentes lectores.
Porque la riqueza de una biblioteca está en sus lectores, más que en su patrimonio o fondo bibliográfico ; -todo eso es letra muerta sin lectores que hagan vivir entre sus manos tantos relatos y tanta ciencia , a partir de sus lecturas, sus miradas, sus modos de leer las palabras que otros han escrito como un legado para quienes hoy disfrutamos de esos libros.
Las más bellas palabras escritas por los artistas de todos los tiempos, ahí, al alcance para dialogar con cada lector, para que cada quien encuentre sus propias palabras en las creaciones de tantos escritores de la literatura universal y local.
El vínculo entre libro y lector es único singular y misterioso, eso muy bien lo sabemos los docentes lectores.
Desarmar la biblioteca de la vieja Falcone, en la calle Yerbal, fue como un desgarro, una despedida , lo viví casi como un duelo, desmontar cada estante , cerrar cada caja con los libros más bellos, con aquellas historias tan pedidas por los chicos, con esos ejemplares que nunca conocieron el cuenco tibio de unas manos lectoras que los acariciaran.

-... fue un trabajo enorme, interminable , doloroso a veces, porque apropiarme del espacio había sido una tarea lenta, que me reconocieran en la escuela como la bibliotecaria llevó meses, tal vez años, y creo que aún a veces no está del todo logrado este objetivo.
-yo miraba el mundo desde la ventana de una biblioteca y ese paisaje me parecía el horizonte al que apuntaba con mi trabajo, ahí al alcance,casi realizable toda vez que alguna búsqueda extraña de libros o temas o rarezas me permitía responder con satisfacción la necesidad de los lectores, que son buscadores por naturaleza.
-sin embargo el título de bibliotecaria no era mío, porque vengo de las letras, porque sólo me reconozco lectora voraz, buscadora también de infinitos textos ,a veces un poco tejedora de ellos cuando me da por despuntar algo del vicio de escribir- para mí solamente- para leerme yo lo que quisiera que otros leyeran también.
-en cambio he aprendido en estos años que sí -soy bibliotecaria- o por lo menos así me siento; cuando un alumno me pide que le recomiende aventuras o algún policial atrapante y enigmático, cuando llega Rodrigo disparado a decirme que no puedo dejar de mirar la última película que acaba de estrenar su director fetiche, o cuando Emmanuel me pide la poesía de Whitman, o Carmen busca la antología de los poetas del sesenta, o cuando Theo viene por libros de filosofía y me pide que le recomiende, cuando un colega de larga trayectoria en la escuela me escribe para agredecerme por haber "reinventado"-dice él- (yo creo que es mucho) el rol del bibliotecario en la Falcone, cuando vienen Maiten y Sofía como ayer por la mañana a mimarme con un té y unos chocolates; entonces ahí me siento bibliotecaria, ahí me creo un poco destinataria de este oficio y su nombre.
Como Borges, parafraseándolo a él; yo sueño a la sociedad como una biblioteca y concibo a la biblioteca -en palabras de Michélle Petit,como" tierra de libertad",como el espacio vivo para respirar, retirarse un poco para leer íntimamente o con otros y soñar tantos mundos desconocidos, una biblioteca es eso: - territorio para la libertad, geografía para el encuentro, posibilidad de vivir otras tantas vidas a través de la literatura y la palabra, y un bibliotecario debe hacer que eso suceda cada vez que llegan los lectores.
-cuál es el rol de un bibliotecario si no leer para que otros lean?- hacer realidad la ensoñación y la alegría de compartir bellos relatos por un tiempo, -aunque breve-, a veces sólo lo que dura el recreo-porque se vuelve a respirar para salir al mundo con muchos más horizontes para crear e imaginar, y porque en este día del bibliotecario agradezco a todos los lectores de nuestra biblioteca que hacen posible con su presencia sentirme merecedora de este nombre y tan bello oficio.
Feliz Día Compañera!!!
ResponderEliminarLa biblioteca es quienes la habitan, la desean, la reinventan... La biblioteca de la Falcone vive gracias a la hormiguita curiosa de las biblitecaras Nancy Yulán. Feliz día!!!!
ResponderEliminar"...Porque la riqueza de una biblioteca está en sus lectores, más que en su patrimonio o fondo bibliográfico..." y -agrego- en lxs que trabajan como puentes entre ambos, como vos Nancy.
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