Estamos en lucha. Casi una semana se cumple hoy, domingo. Hay rostros de cansancio, hay sueño, hay ganas de volver al propio colchón, a la casa, a la comida de la casa, a la vida normal , común y corriente que por estos días nos encuentra así, en vilo, en una quijotada política, cultural, ciudadana, participativa, democrática.
Y aunque nos cueste , tenemos que bancarlo, sostenerlo vale la pena. Ser consecuentes, estar con nuestros alumnos y nuestros hijos que , con gran firmeza , con mucha convicción, y luego de agotadas todas las formas posibles de buscar ser escuchados, han decidido en asambleas esta medida de toma escolar.
Una toma es poner el cuerpo y poner el cuerpo es estar.
Una toma es una certeza, una convicción, una decisión, un compromiso, que te hermana para siempre con quienes la compartís y decidís ser parte de la toma, y disfrutás y padecés.
En una toma ,-como dijo Paula-, la mamá de Mayten y Aldana , te conocés con el otro, intercambiás, hablás conversás, te reís, descubrís montones de datos y anécdotas que estaban ahí y vos ni enterada.
En una toma hay comisiones de cultura, de limpieza, de cocina, de prensa, de arte, hay una organización ante todo, y todos somos útiles en una toma.
Una toma es una lucha y una lucha son nuestros cuerpos dentro de nuestra escuela que propone otra mirada sobre la educación , sobre nuestro trabajo, sobre nuestro rol como trabajadores de la educación.
Una toma es territorio de jóvenes que sueñan y proyectan mejor calidad para sus vidas, porque imaginan posibles ciertas utopías, horizontes de libertad, donde la palabra dice y cuenta y vale y pesa y te reconoce y te nombra para siempre.
El nombre que nombra la lucha hoy en nuestra ciudad se llama toma ; y toma somos los que estamos en ella y queremos de verdad que la realidad cambie, porque tenemos herramientas y conocimientos para hacerlo, porque hace años que no sabemos hacer otra cosa que trabajar en las escuelas y compartir con nuestros pibes sus logros y sus sueños, sus ideales.
Sus vidas, sus esperanzas,s us ilusiones, sus tristezas, sus amores y obsesiones.Conocer todo esto es ser docente hoy en toma.



Ni ministro ni jefe de gobierno conocen las vidas y los días de esas vidas de una escuela pública, no saben de historias, ni de colectivos que construyen tramas sociales dinámicas que nos enlacen, que nos acerquen, que nos hagan estar adentro de este sistema, porque afuera ,sin un título secundario la pasás peor todavía.
A nuestra escuela tomada vuelven nuestros alumnos egresados y luchan también como antes lucharon y protagonizaron ellos mismos estas luchas,que hoy continúan.
Y los chicos que este año egresan de nuestra escuela ya lloran porque saben que se les termina un ciclo fundamental de sus vidas.
Y la lucha de hoy se la han cargado al hombro alumnos de entre 13 y 14 año, los primeros años de nuestra escuela, que tienen enorme madurez y conciencia de lo importante que es pelear hoy por este derecho de una escuela digna de calidad , que les ayude como herramienta para abrirse paso, futuro , porvenires menos acotados, más libres y democráticos y justos e iguales para todos.
La lucha hoy es la toma y en la toma somos cuerpos hermanados por sueños e ideales compartidos, claros, propios y que nos identifican a unos con otros.
Nos impulsa la necesidad de un cambio real y político ya !- en la educación , pero para que mejoren las oportunidades y las vidas de todos; de los chicos en nuestras escuelas y de aquellos que aún permanecen por fuera de ellas y queremos que estén en ellas, que tengan la posibilidad de acceder , para que la vida les sea más favorable.
Nos mantiene unidos la firmeza, la justicia del reclamo, porque no podemos entregar sin luchar nuestros derechos conquistados en épocas de dictaduras asesinas, en otras épocas de neoliberalismos salvajes, corruptos, y mucho menos en estas épocas de gobiernos cómplices, indiferentes, que creen gobernarnos así como si nos nos vieran, como si fuéramos invisibles, inviables, incapaces, fáciles de derrotar.
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