-Aún viajo allí, con mi madre, pienso
en ella y en su Renault "4L" desvencijado, batallador de caminos y picadas, allí vamos los tres , somos felices, repetimos la letra de algún tango que hace
semanas mi madre con tristeza, sin embargo canta;
-Ida y vuelta, -no puede con su genio
de maestra,-de tanto entonar la letra-;a esta altura lo sabemos de memoria con
mi hermano , y hasta los primos la han
aprendido
-Cuando no es el tango aquel, vieja ,
es una zamba, seguro la de "mi esperanza"; porque eso era lo
aprendido entonces : la esperanza.
- Mi madre ejercía cierta pedagogía de la esperanza ; luchaba por la
esperanza o con alguna esperanza en su puesto de maestra rural recién llegada. Atravesaba
caminos un ripio y caminos de cascotes; se internaba en cunetas profundas; para
llegar al paraje "El Palmar", donde quedaba la escuela, a veinte
kilómetros del pueblo
-De aquellos días me quedó grabado el tamaño de algunas
esperanzas, como las de mi madre ;que por entonces nos llevaba a su flamante escuela, allí pasábamos a
ser “ los hijos de la maestra”.
-La recuerdo blanquear con cal de
esperanza "el rancho-escuela" donde construía su presente, su oficio de recién llegada
a la inmensa frontera de los márgenes asfaltados, con rasgos mínimos de urbanidad posible ; allí donde pueblo y horizonte se funden en una misma polvareda de tierra y barro, de lucha y pelea
Mirando a mi madre, aprendí a
escribir tarde, cuando la casa se quedaba en calma, durante las noches
solitarias de una cocina vieja, mi madre escribía en un antiguo cuaderno Avón
color sepia, los propios sueños mi madre se los escribía, tal vez porque escribirlos significaba realizarlos de algún modo.
ESCUELA "EL PALMAR", PARAJE RURAL, A 20K M DE GRAL PINEDO.CHACO. |
-Mi madre forjaba la educación como
se forjan también , porqué no ? : las esperanzas.
-Hizo de la esperanza un hecho verdadero, real y posible, en medio del monte, junto con sus alumnos cosecheros, con aquellos hombres y mujeres del Chaco más profundo, tal vez el más olvidado todavía, ese de los obrajes con trabajadores golondrinas, hacheros, cocineras , lavanderas, mujeres madres que curaban el empacho y rezaban una oración para el ojeado, aunque tenían puesta la esperanza en la escuela y la maestra , en la educación de sus hijos para quebrar un día ese destino de obrajero, cosechero, magra paga del hambre como destino, al parecer inalterable en aquel tiempo.
-Hizo de la esperanza un hecho verdadero, real y posible, en medio del monte, junto con sus alumnos cosecheros, con aquellos hombres y mujeres del Chaco más profundo, tal vez el más olvidado todavía, ese de los obrajes con trabajadores golondrinas, hacheros, cocineras , lavanderas, mujeres madres que curaban el empacho y rezaban una oración para el ojeado, aunque tenían puesta la esperanza en la escuela y la maestra , en la educación de sus hijos para quebrar un día ese destino de obrajero, cosechero, magra paga del hambre como destino, al parecer inalterable en aquel tiempo.
-De mi madre aprendí la
esperanza como experiencia que se transmite ; como lucha que es cuerpo y esperanza solamente o ponerle el cuerpo a las esperanzas de cualquier modo.
- Mi madre sembró ideas que aún hoy perduran en mí cuando pienso en ella , como en este domingo de homenaje y de festejo.
- Mi madre sembró ideas que aún hoy perduran en mí cuando pienso en ella , como en este domingo de homenaje y de festejo.
-Por mi madre descubrí que cualquier
destino es modificable , y que perseverar en ello es una convicción de cada
día, y de cada vida. Mi madre siempre así : -desafiante, dispuesta a buscar el lado
bueno de la vida . Ahora su mirada cansada , sigue leyendo este presente con
ojos de aquel pasado de esperanzas ; mi madre sigue siendo ella misma ; entusiasta , con los años transcurridos sigue construyendo sueños.
-Es legado materno el amor por
los libros, quererlos, desearlos, como deseaba ella en aquellas noches furtivas
ser poeta, a resguardo del mundo, de la mirada burlona de mi padre, de los
comentarios pueblerinos, egoístas y mezquinos.
-De ella aprendí la pasión por
las novelas, por viajar y proyectar también los
caminos, saberes cargados de esperanzas que me vienen de ahí ; de donde
es mi madre , del viaje aquel donde el sonido de su voz sigue tarareando
una canción que habla de un de un paraje
donde los sueños se construyen a fuerza de creer y esperar los frutos que
maduran , igual que maduran -a veces- algunas esperanzas.
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